Decir que el propósito de Las Majadas es construir una verdadera fábrica de redes humanas que contribuya a crear mayor capital social para Latinoamérica, en los próximos 200 años es una declaración que puede sonar, a algunos, algo ambicioso. Sin embargo, para muchos, aunque no trivial, el concepto de Capital Social es todavía algo inaccesible. Tratar de describirlo de manera simple es a lo que nos aventuramos en el ejercicio que sigue.
Y, para hacerlo, debemos partir dando cuenta del contexto de nuestro país, el cual se asemeja al resto de Latinoamérica. Chile es una de esas naciones en que los índices de desigualdad, de distribución del ingreso, acceso a una educación de calidad, entre muchos otros indicadores, son un ejemplo para saber qué dirección no tomar. En Chile se nace formando parte de un círculo, o segmento de la población, y las posibilidades de salir de él son muy reducidas.
Mucho se ha escrito acerca de las razones que explican esto. Pero si vamos un poco más allá de la perspectiva economicista con la que estamos habituados a decir las cosas, nos encontramos con dimensiones más “blandas” que, si se gestionan de manera efectiva, marcarían una diferencia enorme.
Si pensamos que hoy en Chile el Capital Social es patrimonio de unos pocos ciudadanos bien contactados, y confirmamos que esos ciudadanos son, además, aquellos que recibieron una mejor educación, que pudieron optar a mejores carreras… o que simplemente les tocó nacer donde nacieron, constatamos que esos pocos… ¡son muy pocos!. Y verificamos que el desafío está en ser capaces de romper las barreras que restringen el acceso a ese capital, para compartirlo con actores de diversos ámbitos y, a través de ello, viabilizar la creación de valor social en pos de la creación de una sociedad más justa, capaz de ofrecer más y mejores posibilidades a todos.
Lo anterior, por lo tanto, es similar a lo planteado por el Kennedy School de la Universidad de Harvard cuando señala que “la premisa central del capital social es que las redes sociales (N. del. A.: No las virtuales) tienen valor y que, en esa línea, el capital social se refiere al valor de todas aquellas redes sociales (que la gente conoce) y de las inclinaciones que surgen desde esas redes para hacer algo por la otra (normas de reciprocidad)”.
¿Cómo funciona? La misma universidad señala que “el término capital social enfatiza no solo aquellos sentimientos afectuosos o cariñosos, sino que también una amplia variedad de beneficios muy específicos que fluyen a partir de la confianza, la reciprocidad, la información y la cooperación que se da en esas redes sociales. El capital social crea valor para las personas que están conectadas”.
Latinoamérica tiene el desafío base de conectar a las personas. A todos. Independiente de su origen, su pertenencia o un grupo étnico, religión, o situación económica. Relacionar a seres diversos, que sean capaces de gatillar un nuevo círculo de interrelaciones y que permitan crear valor a partir de algo tan simple como conversar. Reconocerse. Aceptarse.
Es por ello que Las Majadas pretende ser esa fábrica de redes humanas para la construcción de Capital Social. Una plataforma en la cual se desarrollen esos intercambios que nuestra tendencia a levantar silos ha impedido hasta hoy. Un (epi)centro de conversaciones a partir del cual nos volvamos a encontrar.
Las Majadas de Pirque