Por Leonardo Muñoz
Director ThinkX Chile
Pensando en abstracto, el estado natural de cualquier organización debiera ser la confianza plena. Por aquello del beneficio de la duda, o la pretensión de inocencia, al no haber historia, la página está en blanco, ¿cierto? Pues no. Desde que salimos del paraíso (nirvana, yanna, etc., según su preferencia), hemos vivido con los escudos levantados, el ojo alerta, los músculos en tensión máxima para detectar amenazas en nuestro entorno. Y nuestra circunstancia laboral, probablemente más que en cualquier otro lugar, tiene que ganar una ardua batalla cada día para simplemente dejar la cuenta en cero. Y entonces la confianza a la que aspiramos no es plena, no es gratuita, sino más bien un equilibrio precario, frágil que, como el silencio, apenas se puede nombrar sin romperlo.
¿Pero qué pasaría si otro mundo fuera posible? ¿Si confiar fuera simple y natural? ¿Si pudiéramos construir una organización en la que no tuviéramos que andar cada día con cuidado para que no caiga el castillo de naipes de la confianza trabajosamente construida?
Si lo pensamos en términos simples, las bases de una cultura que parta de la confianza son bastante naturales. Tienen que ver con entender cómo funcionan las personas en relación con los grupos a los que pertenecen, y podríamos describirlas en base a tres variables fundamentales: transparencia, empatía y capacidad. Si hay transparencia y empatía, pero sin capacidad, hay frustración por los resultados, y eso mina la confianza. Si hay transparencia y capacidad, pero sin empatía, la competencia ataca la confianza. Y si hay empatía y capacidad, pero sin transparencia, la impredictibilidad genera un ambiente que impide confiar.
Esta mesa de tres patas permite generar una plataforma en la que se asiente la confianza, y los desequilibrios pueden regularse administrando herramientas que compensen los problemas que se produzcan en alguna de las variables, gestionando el cambio hacia entornos de mayor confianza.
De acuerdo con esto, las razones por las cuales las personas desconfían de una situación, en general son de tres tipos: porque no saben qué esperar (afecta la transparencia), porque no tienen las habilidades o conocimientos necesarios para ser capaces de llevarla a cabo (afecta la capacidad) o porque no quieren ponerse en el lugar de los otros (afecta la empatía). Entender la naturaleza de la oposición permite limpiar el terreno, y saber concretamente a qué nivel intervenir.
En el taller ¿Cómo gestionar el cambio hacia entornos de mayor confianza? que realizaremos en Las Majadas el martes 7 de noviembre de 2017, exploraremos herramientas para diagnosticar y desarrollar la confianza en la organización de cada uno de los participantes, llevándose una caja de herramientas para aplicar inmediatamente.
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