Los primeros días de abril se desarrolló en Las Majadas de Pirque, en conjunto con la consultora Petit, uno de los eventos de diseño de servicios más reconocido a nivel mundial: This is Service Design Doing. En tres jornadas, treinta personas vivieron lo que significa salir del escritorio y vivir lo necesario para mejorar la experiencia del cliente.
Rodrigo González, Director Ejecutivo de Petit, comenta que “el objetivo del taller ha sido difundir un modelo que empaqueta una serie de herramientas que permiten, a través de un trabajo colaborativo, una rápida experimentación de tus ideas e hipótesis. El modelo está pensado en el diseño de servicios, sin embargo también es aplicable al desarrollo de nuevos productos”.
La clave del workshop estuvo en la importancia del hacer: no esperar a analizar todos los factores, estudiar todos los elementos o tener un diagnóstico claro antes de empezar por algo. Fue una invitación a hacer una y otra vez, a tener la libertad de cambiar y aplicar lo aprendido.
Y es que los productos y servicios han perdido valor como tal; lo que las personas buscamos es conexión, y las empresas están cambiando para crear experiencias significativas. El Service Design Doing entrega las herramientas para innovar o mejorar lo que ya existe, haciéndolo más útil y deseable para los clientes por un lado, y eficiente para las organizaciones por otro.
Entrando en materia
Los participantes venían de diferentes contextos: consultores senior, gente más joven que está buscando independizarse, personas de multinacionales, de agencias de publicidad, digitales y el mundo académico.
El primer acercamiento que tuvieron al Design Doing fue reconocer la importancia de la investigación, un factor que fue transversal a todo el taller. Pero no esa investigación que hacemos desde nuestra oficina, sino que en terreno. Así partieron los treinta a Puente Alto a investigar sobre un servicio público de interés para trabajar en los días siguientes.
Un poco tímidos al principio, la flexibilidad del taller los obligó a ir soltándose en conversaciones y equipos de trabajo que fueron rotando, para que la comodidad y la relación de confianza que habían establecido con un grupo anterior se rompiera para volver a desarrollarla con un nuevo grupo. De acuerdo a Pilar Álamos, Directora Ejecutiva de la consultora Bagua “el taller tuvo una metodología para hacer dinámicas grupales muy afinada”.
Siguieron trabajando sobre la explicación de metodología y la aplicación, para en una tercera etapa compartir los resultados y la proyección de este aprendizaje, es decir cómo cada uno aplicaría lo aprendido tanto en el trabajo como en lo cotidiano, y siendo embajadores la metodología del Design Thinking y el diseño de servicios.
La experiencia no terminó con el taller; los expositores dejaron establecido un grupo de Linkedin donde todos los participantes compartieran fotos y conclusiones que seguirían apareciendo días después, manteniendo así el contacto: “una tribu que se podrá sumar a tribus de otros países que han vivido esta experiencia”, como lo cuenta Cristián Silva de la agencia SELVA.
Una vez concluido el TiSDD, las opiniones fueron muy positivas. Pilar Álamos, de Bagua, considera que el taller “fue de un nivel extraordinario”, y agrega: “nada que envidiarle a un curso de las mejores universidades de Estados Unidos: la forma de entregar los contenidos fue ágil, con un profundo análisis de los contenidos y su actualidad. Los oradores Mark y Adam, ambos de muy buen nivel, tuvieron una generosidad para compartir el conocimiento para hacerlo crecer, de una manera que no se ve en Chile”.
Si quieres leer la entrevista de Mark Stickdorn, uno de los expositores del TiSDD has click aquí