Vivimos tiempos en que los conflictos entre el sector público, la empresa privada, la sociedad civil y la ciudadanía se vuelven cotidianos y cada vez más complejos. Por lo mismo, el factor de éxito de una nueva política pública o de un proyecto de inversión depende críticamente de la forma de resolverlos.

El problema es que esa tarea se vuelve cuesta arriba cuando la confianza entre los múltiples actores se ha deteriorado muy fuertemente. Junto a Rodrigo Araya –socio de Tironi Asociados– nos preguntaremos por la forma de producir decisiones legítimas en un contexto doble: baja confianza y una fuerte diversidad de actores e intereses.

En esta entrevista nos cuenta sobre el enfoque del taller y los diferentes conceptos que revisaremos ese día.

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¿Dónde nace la inquietud por los conflictos?

Primero por nuestro oficio de consultoría, que tiene mucho que ver con conflictos entre empresas, industrias y comunidades, entre otros actores. Pero particularmente nace porque hemos venimos observando cambios en ellos, lo que nos llevó a plantearnos una nueva manera de comprenderlos.

Desde hace tres años venimos desarrollando un programa de investigación sobre gestión de conflictos. Nos preguntamos qué hay de nuevo en los conflictos emergentes y vimos que hay un déficit conceptual para entenderlos, además de un déficit en las herramientas que los actores utilizan en estos casos.

¿Cuáles son los cambios que se ven en los conflictos de hoy?

Lo primero es que hay un cambio en la geometría del poder: antes se identificaban las élites y una gobernabilidad de arriba hacia abajo, algo que hoy está tensionado. Además, actores que antes eran más pasivos hoy son más conscientes del poder que tienen, cambiando la interacción entre las partes.

Vemos que hay una fisura entre la ciudadanía y la élite, un fenómeno que se va a reordenar de otra manera. Este desacople entre ciudadanía e instituciones tiene que ver con que las expectativas y las demandas de participación e incidencia de la ciudadanía no tienen una acogida clara en la democracia representativa.

Por otra parte, nos empezamos a preguntar por cosas que antes dábamos por naturales: discusiones sobre energía, educación, y la nueva constitución, que envuelve todo lo anterior.

No es un fenómeno local, lo vemos en todo el mundo con las sorpresas electorales, que tienen mucho que ver con que la democracia representativa se está “quedando corta” para acoger las demandas.

¿Qué tan relevante es la confianza en esta reflexión?

Es muy relevante, pero hay que desdramatizarla. Estamos obligados a vivir juntos: con comunidades, con empresas, con indígenas, etc., y para vivir juntos tenemos que construir esta confianza desde el nivel más micro. Hay que construirla, tejerla; con pequeños acercamientos, acuerdos, cumplimientos, y no esperar que esté instalada desde un principio.

No se puede confiar por decreto: cuando alguien invita a otro a dialogar la confianza está hasta en los detalles más mínimos, pero sobre todo en el cumplimento de compromisos.

¿Cómo construir acuerdos con este contexto?

Toda esta efervescencia la hemos querido mirar desde la perspectiva de conflicto y sus componentes, pero también en cómo construir acuerdos en este escenario. Para eso hemos estructurado el taller en tres módulos.

En el primero trabajaremos con tres conceptos principales: los conflictos (la punta del iceberg, entendido como la expresión pública de una disputa, las controversias (la base del iceberg, no se ve pero son las diferentes visiones que entran en disputa) y las disyuntivas (las diferentes alternativas que se presentan).

Durante el segundo módulo revisaremos la caja de herramientas que usan los actores durante un conflicto: la empresa, el Estado y la ciudadanía.

El tercero tiene que ver con “Abierta”, la metodología que hemos desarrollado en Tironi con herramientas de diálogo, procesos, y para identificar ciertos errores que se repiten en estos procesos. Terminaremos el taller revisando casos locales y otros más amplios.

¿Para quién está dirigido el taller?

Puede ser muy útil para quienes están en la gestión de conflictos y para quienes trabajan en asuntos públicos, responsabilidad social; personas del Estado y de la ciudadanía.

También está dirigido a gente con intereses menos concretos, pero que le interesa cómo los conflictos se desarrollan hoy día. Y también para otras áreas, como aquellos que trabajan con consumidores, porque esta metodología también considera la construcción de soluciones para consumidores de forma colaborativa.