Este taller es perfecto para los que nos encanta sacarle el máximo provecho a todo lo que tenemos en casa. La fruta y la verdura que está a punto de echarse a perder, transformarla en una exquisitez de primer nivel.
Eso fue lo primero que llamó mi atención para involucrarme en esta actividad: aprender a aprovechar recursos.
La Isi es la encargada de la pastelería del restaurante Sequoia y nuestra mentora durante esta experiencia. Con Thermomix, ollas eléctricas, balanzas exactas y termómetros, este taller invita a explorar la exactitud de las medidas y la importancia de éstas para que nuestras creaciones queden perfectas.
Así fue como cada uno de los participantes comenzó a crear en su propia olla sus encurtidos, todos teníamos una verdura diferente. A mí me tocó la berenjena (porque andaba paveando y no elegí de primera) y como encuentro que es una verdura media fome, me desilusioné altiro y pensé que mi encurtido no me gustaría.
Mi sorpresa fue grande cuando al terminar mi preparación, entre todos los participantes, por decisión unánime, ¡consideramos que el encurtido de berenjena era el más rico!
Ahora yo era la más feliz, porque toda mi creación podría ser devorada en mi casa.
Después hicimos una mermelada de frutillas. Lo que me sorprendió fue
- El olor que emanaba esa olla (se me hace agua la boca de solo recordarlo).
- ¡Lo rápido que es hacerla!
Respecto al punto dos, quiero recalcar que siempre había tenido la idea de que la mermelada demoraba casi que 24 horas en estar lista. Me imaginaba a una señora durante todo un día pegada a la olla revolviendo, y lo cierto es que en menos de 15 minutos nuestra mermelada estaba lista.
Y resultó que en este taller aprendí a hacer encurtidos, aceites con sabor y mermeladas de una manera rápida, didáctica y entretenida. Además, después degustamos todas nuestras creaciones en una buena mesa. Esta instancia logra que se haga comunidad entre huéspedes y podamos interactuar también con el personal del hotel. La Isi se quedó mucho rato conversando con nosotros.
En este taller me devoré todo, porque estaba realmente rico. Y ya saben: guatita llena, corazón contento, por lo que me fui a dormir más feliz que nunca.